“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.”
Ludwig Wittgenstein
A veces creo que en esencia somos una sucesión de pequeños rituales cotidianos que construimos como formas de habitar el mundo. Me gusta pensar en cuáles son esas costumbres que repito individual y sistemáticamente por el más puro placer que siento al hacerlo. Creo que, en especial cuando la vida que llevo me resulta en gran parte insostenible, esos pequeños rituales me devuelven un poco de satisfacción y me conectan con el disfrute, con quien soy debajo de tantas máscaras que uso para sobrevivir.
A mí me encanta leer. O más que eso pero no sé bien cómo describirlo: leer es tan importante para mí como respirar. Ese fue mi primer ritual, que con ciertas variantes sostengo hasta el día de hoy: acurrucarme bajo una manta en un lugar cómodo con un libro y sumergirme en la historia. Ahora también puede ser leer alguno de mis newsletters favoritos con mates y algo rico al lado, y, cuando puedo, sentarme en la vereda del sol de un café (o adentro, según la época del año).
Caminar el otoño y pensar que no hay paleta más linda que la de esta estación. Ir “sola” al cine y elegir la butaca más al fondo posible. Comer ñoquis todos los días 29 de cada mes. Anotarlo todo. Dormir la siesta. Agendar un salida nocturna conmigo misma y llevarme a un bar a tomar un vermut o algo nuevo y observar a las personas a mi alrededor. Cocinarme con dedicación cuando tengo un mal día. Mirar cada 11 de octubre Juego de Gemelas, y, al menos una vez por año, Jurassic Park. Ver algún video de Taylor Swift en vivo los lunes a la noche. Sentarme en este momento de la mañana temprano a escribir Fárrago con un mate calentito al lado mientras miro el árbol amarillo desde mi ventana.
Ritualitos que abrigan el alma y a los cuales vuelvo siempre, y en especial, cuando más perdida me siento 💛.
(Costumbre perdida en pandemia según Taylor en la canción “cardigan” con la que concuerdo plenamente)
Libro: Espuma (María Luque)
María Luque es una ilustradora que me gusta mucho, tanto que este año mi agenda está ilustrada por ella. Luque dibuja, pinta y escribe con un estilo muy característico y tengo dos libros suyos que realmente son de mis hallazgos favoritos en general. Uno de ellos es Espuma: notas de María Luque, un libro precioso que apunta directo a varias cosas que me fascinan: la literatura, la ilustración, ser habitué de un bar clásico, observar y escuchar el entorno, anotar todo en un cuaderno. En definitiva: el registro de lo cotidiano. María llena cuadernos con notas, anécdotas y dibujos, y en esta publicación recopila fragmentos de sus observaciones, divididos en categorías que me interpelan un montón: anécdotas de bares, museos, comida, sueños, color, espacio, teorías. Un libro-tesoro que vale la pena tener. Lo publicó Galería editorial, por si van a la Feria del Libro y quieren buscarlo (stands 429 y 620 - Pabellón Azul).
Proyecto: Bar de viejes
(Espuma: notas de María Luque, pág. 1)
☕ Cuando encontrás algún bar o café que te resulta cómodo y volvés a ir una y otra vés, lo transformás de alguna manera en un refugio. Esos bares “antiguos”, “de abuelos” que parecen anclados en una época pasada son además una demostración de cómo el tiempo puede suspenderse mientras afuera el mundo acelera.
Bar de viejes es un proyecto que surgió como una cuenta de Instagram que trataba de rescatar y revalorizar, a través de fotos y relatos, esos bares-cafés que parecían condenados al olvido y el cierre como consecuencia del avance de lo “nuevo” en detrimento de lo “viejo”, de la avasallante palermización de todo rincón porteño posible. Hoy en día amplió sus límites y se presenta como una comunidad, una “topografía lado B del café bar de Buenos Aires y más allá” e incluye un 📌 mapa para consultar por barrio y conocer todos esos bares, especialmente aquellos por fuera del circuito tradicional de notables. Ese donde seguramente tu abuelo tomaba un Amargo Obrero, ese donde un café con medialunas sigue saliendo más barato y los tostados son generosos en tamaño, cantidad y contenido.
📌 Este proyecto también realiza una propuesta muy interesante bajo el nombre “Bar Abierto”, que son eventos en bares de distintos barrios (incluso hicieron uno en Mar del Plata) con música, lecturas y alguna muestra artística. Suelen ser una fiesta cultural con alta convocatoria donde (seguro) comés rico, clásico y a precio amistoso y aunque todavía no pude ir a ninguno, los sigo de cerca desde la primera edición y es un híper pendiente para este año.
Bar de viejes es una iniciativa que me parece realmente maravillosa no solo por la revalorización y rescate de lo dejado de lado por el consumo masivo, sino porque, en palabras de su creadora, busca (re)pensar lo tradicional desde una perspectiva no conservadora y demuestra que es algo posible. Hace poco estrenó su newsletter llamado “Voy al bar” y me gustaron mucho estos fragmentos de la primera edición:
“Hay una idea de mundo que está inscripta en estos bares que me conmueve. Son lugares donde las personas nos encontramos para construir un mundo sin resultados. Parece tonto, pero hoy en el mundo del algoritmo es casi revolucionario.
(…)
El bar de viejes es el lugar de las personas sin plan, sin agenda, que repiten sistemáticamente la misma ceremonia inútil. Por días, por años, por décadas. Una cofradía de creyentes en ciertos valores en desuso como la generosidad, el misterio y la permanencia. Herederos de la tradición del centro comunal, del almacén de ramos generales, de los clubes, del centro de jubilados, de la cultura del fiado. ¿Quién es capaz de (con)fiar en este mundo paranoico?”
Díganme si no son preciosos 💛.
Pueden leer y/o suscribirse acá y si realmente les interesa escuchar esta entevista a su creadora.
Dibujar para salir de la zona de confort
Laura Martín es una ilustradora y diseñadora gráfica argentina que reside en Berlín y otra de mis favoritas. Me encanta su estilo para ilustrar, las paletas y formas que utiliza y cómo muestra su trabajo en su cuenta de Instagram. En este video/minidocumental muestra algo de su espacio de trabajo, sus cuadernos, sus procesos creativos y fuentes de inspiración.
✏️ Hace casi un año (lo sé porque lo tengo anotado) miré a unas fieras de nueve años calmarse bajo la influencia del dibujo y me pregunté en qué momento dejé de dibujar por placer. Y desde entonces, una vez que encontré una respuesta, se me despertaron unas ganas enormes de pintar, dibujar, ilustrar, probar algunos materiales en particular e incorporar algo de eso como ritual. Para mí implica salir de la zona de confort porque mis canales de expresión habituales y cómodos suelen ser otros (escribir, por ejemplo). Además, sucede que gracias a muchos años de formación tengo el ojo muy entrenado desde el conocimiento teórico sobre color y forma y suelo analizar todo desde lo visual casi sin darme cuenta, pero no siempre logro bajarlo con facilidad a la práctica. Es decir: entiendo y puedo apreciar cómo distintos elementos de la imagen están al servicio de contar una historia, y cómo y por qué se hizo de tal manera pero no siempre puedo aplicar esas herramientas para contar una historia por mi cuenta.
Mi idea es, entonces, poder hacerme tiempo para garabatear y probar “cosas” sobre papel, devolverme al ritual de dibujar por placer. Pero como soy una digna hija del rigor y del aprendizaje guiado, en el fondo lo que quiero es poder hacer un taller de ilustración con algunx de lxs docentes que tengo fichadxs 😊.
En qué ando
Leyendo: este artículo de The Atlantic sobre el valor de escribir y registrar lo cotidiano además de los EVENTOS IMPORTANTES de nuestras vidas (está en inglés pero si hacen click derecho y seleccionan “traducir” se entiende bien).
Mirando:
Este video de Vogue en donde Lindsay Lohan recorre su vida en diferentes outfits. La amamos.
El discurso inaugural de la Feria del Libro que dio Guillermo Saccomano. Realmente inspirador porque logró condensar de manera muy sintética y descriptiva, pero precisa, el desprecio estructural del Estado y el sector privado por la cultura, la educación y el trabajo intelectual. Además, reivindicó su amor por el oficio de la escritura y destacó la complicada situación que atraviesa la industria editorial por la falta de apoyo estatal y el oligopolio de la industria papelera. . A LN y Clarín no les gustó esto: vayan a sus portales a mirar lo pétreos que se quedaron.
Para qué mentirles: lo escuché desde mi casa y festejé cada párrafo como un gol 🔥
Observando: “39 Things We Overheard At The New MoMA”, un proyecto tan simple como impactante de Larry Buchanan y Cari Vander Yacht para el Museum of Modern Arts de New York (MoMA), que mediante ilustraciones y texto recupera cosas vistas y oídas en el museo. Estos pequeños fragmentos de cotidianeidad escuchados al pasar encierran reflexiones, para mí, mucho más profundas: nos devuelve a pensar qué es el arte y la experiencia de musear para cada persona.
Hasta la próxima
Querida persona que llegó hasta esta parte de la carta: ¡muchas gracias! ¿Cómo estás hoy? ¿Cómo estuvo tu quincena?
✨En primer lugar, te deseo, si aplica a tu caso, un muy feliz día de la persona trabajadora :) 💪 Recordá que trabajar es una actividad que puede estar remunerada o no: así que si no cobrás dinero a cambio, pero por ejemplo, realizás trabajo doméstico en tu hogar o cuidás a otra persona, espero que seas consciente de que seguís siendo trabajadorx.
📚 Como leíste más arriba y seguro ya te enteraste, el jueves pasado se inauguró la Feria del Libro, un evento que me resulta tan polémico y contradictorio como imperdible. Este año pensé que no iba a desarrollar el mismo entusiasmo que hace tres años por ir (la útlima edición había sido en el 2019), no tanto porque esta vez no puedo traerme ningún libro *llora en bancarrota*, sino porque justamente porque a medida que pasan los años la contradicción aumenta.
La Feria se sigue haciendo con el profundo deseo de aumentar las ganancias de los grandes grupos empresarios. Como bien lo dijo Saccomanno: “decir feria implica decir comercio. Esta es una feria de la industria y no de la cultura, aunque se adjudique este rol”. Mientras tanto, las editoriales independientes hacen lo imposible por sobrevivir y publicar y quienes escriben, sea bajo la editorial que sea, cobran un porcentaje paupérrimo por las ganancias de su PROPIA obra.
En fin, les recomiendo enfáticamente escuchar con atención el discurso de Saccomanno de principio a fin porque es imperdible, y apropiadísmo para ese 1º de mayo. Yo lo tengo puesto de fondo otra vez mientras tecleo estas palabras porque me levanté especialmente militante obrera hoy. De todos modos, sé habitar la contradicción y es probable que vaya el sábado 7 a intentar escuchar a Camila Sosa Villada y otro día a mirar los stands y anotar libros para mi lista de pendientes.
En breve me voy a terminar un vermut que sobró de ayer y al barrio silencioso donde vive una amiga y colega para compartir unos mates.
Gracias por leer hasta acá, y si sos de las nuevas personas que se suscribieron en estas dos semanas, ¡bienvenidx! ☺️
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¡Espero que tengas una hermosa semana!
Sofi