“Tu amor abrió una herida
Porque todo lo que te hace bien
Siempre te hace mal.Tu amor cambió mi vida como un rayo
Para siempre, para lo que fue y será”.-Tumbas de la gloria, Fito Páez (El amor después del amor, 1992)
Entro y me dirijo a la mesa más cerca de la tallerista que encuentro. Hay dos personas ya sentadas que parecen amenas y me invitan a sentarme. Me cuentan que esperan a dos amigas de la facultad pero que no hay problema.
-Y ustedes, ¿cómo llegaron acá? ¿De dónde vienen?
-Estudiamos Tecnología Multimedial en la Universidad X. ¿Vos? ¿Qué hacés?
- Eeeh…, yo… bueno, yo escribo y leo desde siempre y quisiera haber estudiado/estudiar X carrera en la facultad, pero hice muchos años de Z carrera en la UBA (¿En serio? ¡Hermosa carrera!) que me dio muchas bases pero es la menos útil de todas las carreras de la FADU y encima en lo que mejor me iba era en materias de análisis y cultura y después pasé brevemente por N carrera en Puan y me fue re bien pero terminé recibiéndome de P carrera y trabajo de eso pero en realidad no me gusta y estoy cansada porque odio ese trabajo infernal y tengo un newsletter y soy redactora colaboradora de X medio (¡Ay sí, lo leemos!). Quiero convertirme en (…) porque amo contar historias pero también investigar y pensar en las personas soy súper analítica y sería genial trabajar de eso y por eso estoy acá y…
UF. ¿Ustedes también se agotaron de sólo intentar leer eso? 👀
Esta escena reproduce casi fielmente todo lo que pasa por mi cabeza cada vez que alguien me pregunta algo relacionado con mi recorrido profesional/académico. Y probablemente sea el balbuceo que sale de mi boca ante semejante desafío que hace colapsar mis neuronas. ¿Armar mi CV y mi perfil en Linkedin? Casi una tortura. ¿Hablar de lo que hago pero en realidad de lo que me gusta hacer con una persona nueva? Paralizante. ¿Contarle a unx posible futurx empleadorx por qué quiero trabajar ahí y por qué creo que tengo un montón para aportar aunque parezca floja de papeles? Rendir un final de 10 hs me sale mejor.
✍️ Hace muchísimo tiempo que arrastro la dificultad de contar(me) quién soy. O por qué trabajo de lo que trabajo (¿El trabajo/estudio nos define? Spoiler alert: no lo hace). Y si hablamos de venderme al mercado laboral, cada vez me cuesta más. Cuando sos estudiante es más fácil porque esa condición te sirve de carta de presentación (se supone que estudiás eso porque te gusta y querés convertirlo en una profesión). Pero, ¿qué pasa cuando terminás recibiéndote de algo que no querías? ¿Cómo te reconciliás con tener una carrera y media de base, pero que en el fondo sentís que no te representa del todo y te sentís cero cómoda con ese background? ¿Cómo te narrás a la hora de querer cambiar de rubro y en el fondo sabés lo que tenés para aportar, pero no tenés idea sobre cómo destacar eso por encima del salpicado de estudios que muestran tus papeles? ¿Cómo resumís y contás eso sin narrar toda tu historia personal? Y sobre todo: ¿cómo dejás de ahogarte en narrativas personales autovicitimizantes y construís una mejor?
✍️ Me resulta infinitamente más sencillo contar la historia de otras personas (reales o ficticias) que la mía. Y si lo hago, SIEMPRE caigo en un patrón narrativo que ya me resulta agotador de verdad: que estoy todo el tiempo cansada, que tendría que haberme dado cuenta antes de tal y tal cosa, que mi pasado me condena, que ya no tengo la energía que manejaba a los veinte ni la de la vida prepandemia. Me imagino lo densa que le resulto a las pobres almas que me escuchan (tkm y gracias si sos de esas personas).
La aventura de crecer y de buscar y encontrar las cosas que nos gustan suele llevarnos por un camino difícilmente lineal y bastante pedregoso. Debo haber escrito esto mil veces pero creo que nadie nos enseñó que probar cosas está bien y que todo lo que hacemos nos forma y nutre de alguna manera. Yo esto ya lo sé, pero medio que no lo termino de aceptar para conmigo misma. De todos modos, en esa puja interna entre despojarme de la narrativa pesimista y empaparme de una más amable y optimista, hace unos años trato de rodearme de ✨personas que me inspiren.✨ Voy derechito a ellas atraída por esas ganas y ese esfuerzo de seguir moviéndose porque me emociona mucho cuando me cuentan historias de redescubrimiento.
✨ Alguien me dijo hace poco que su mamá se jubiló y está estudiando en la facultad de nuevo. Una de mis profes de entrenamiento pateó el tablero, dejó la vida administrativa de oficina para convertirse en entrenadora, viajó y cumplió objetivos y ahora estudia Sociología en la UBA por puro placer. Hasta donde sé, tengo otro profe que se capacita para ser guía de montaña y otro que estudia también en la facultad. Una compañera de ese mismo grupo trabaja 9 horas y tiene tres hijxs y aún así está estudiando para ser contadora. Ningunx tiene menos de 25 años y claramente un poco por eso también elijo ir a entrenar con ese equipo. ¿Ven? Traigan puertas que manija inspiración me sobra.🔥
A veces siento que persigo una estabilidad y una calma que en realidad no la voy a encontrar tal como me la imagino porque, como muy acertadamente me dijo una amiga el otro día: “Te contás a vos un cuento, como si fuera la realidad y por ahí no es siempre así. Vos con tu personalidad activa y tus necesidades vas estar siempre a mil porque, aún con un trabajo estable que te guste y con el que te sientas más cómoda, te interesan un montón de cosas. No sé qué tanto vale para vos esperar el momento indicado para hacer lo que querés.” Me recordó a esta charla Ted sobre por qué algunas personas no tenemos una sola vocación que, también muy acertadamente, me mostraron en un momento de crisis.
✨ El desafío entonces, es doble: salir de esa narrativa que ya nada aporta a la vida que quiero para mí y al mismo tiempo, construir una nueva que esté alineada con mis objetivos. Como dice Austin Kleon en este libro fundamental: “Fake it till you make it” (fingilo hasta que lo logres). Si todavía no me creo esa nueva narrativa más optimista, la actuaré hasta que la sienta genuina.
Frances Ha (2012)
La semana pasada miré esta película dirigida por Noah Baumbach y escrita y protagonizada por la gran Greta Gerwig que tenía súper pendiente. Noah Baumbach es el director de la excelentísima Marriage Story (2019) y Greta Gerwig… bueno es GRETA GERWIG. Greta escribió y dirigió Lady Bird, acaso una de mis películas del género coming-of-age favoritas. También hizo lo suyo con la última versión de Little Women (2019). Si no viste ninguna de estas tres, YA mismo vas a anotarlas y buscarlas.
Frances es una joven aspirante a bailarina de 27 años, híper soñadora e ingenua que vive en Nueva York con su mejor amiga Sophie (a la que ama profundamente y la define como “su persona” en el mundo). Podríamos decir que Frances Ha es, por un lado, una historia de amor entre dos amigas que son muy opuestas entre sí aunque la protagonista repita que son “la misma persona en diferentes cuerpos”. Para mí representa LA historia de las amistades en general, que atraviesan varias etapas de acercamiento y alejamiento, pero también es una historia del pasaje de la juventud adolescente a la adultez, un viaje que atraviesa Frances para dejar de huir de los conflictos y madurar.
La película mezcla comedia y drama para contar este recorrido y trata temas difíciles con un toque de humor: Frances parece flotar siempre en su propio mundo incluso cuando se le empieza a desmoronar. Sin embargo, pese a que boya entre trabajos y viviendas, casi nunca la vemos triste, sino que sigue bailando, como si revelara un falso optimismo que encubre la necesidad de hacerse cargo de su propia vida pero también como metáfora de que si te caés, siempre podés volver a levantarte. Crecer es inevitablemente afrontar los problemas, aprender de los errores y tomar decisiones.
En la mitad de la película hay un monólogo precioso sobre el amor y la conexión entre dos personas que recomiendo mucho que miren. Me pareció muy interesante cómo Frances toma de parámetro un vínculo amoroso pero cuando en la escena final se recupera ese monólogo se lo remite a la conexión entre las dos amigas, derribando un poco la idea de que cuando hablamos de amor necesariamente nos referimos al amor romántico.
✨ Otro detalle hermoso es que la cinta está filmada en blanco y negro, que funciona a la perfección como decisión narrativa para concentrar nuestra atención en los personajes sin distracciones. Si quieren escuchar a una verdadera fan de esta película les dejo este episodio de Cinetrola, el podcast en donde Barbi, su creadora, se explaya un poco más y fue quien que me hizo ir a buscar la peli y terminar de escuchar el episodio luego de mirarla.
Normal People - Sally Rooney
📚 Sally Rooney es una escritora irlandesa que, desde que publicó su novela debut en 2017, fue elevada al incomodísimo status de “la voz de su generación” por su manera afilada y precisa de abordar esos temas que nos interpelan a, claro, la mayoría de lxs millennials.
(Nunca nadie lo dijo mejor como Hannah Horvath en Girls)
✍️ Rooney observa y escribe sobre los vínculos y todos sus matices (el amor, la amistad y el sexo y lo que sucede cuando se mezclan entre sí); las personas y sus inseguridades, la capacidad de proponer y mantener conversaciones, el devenir adulto en una sociedad capitalista. Los personajes que construye son profundos y entrañables, y, si bien están muy alejados de la realidad de unx millennial argentinx promedio, podemos encontrar puntos en común con ellxs.
🎥 Algo así me pasó a mí con la historia de Marianne Sheridan y Connell Waldron en la ME PONGO DE PIE excelentísima Normal People. Rooney escribió esta novela en 2018 y en abril de 2020 (hola, pandemia, hola, cuarentena) Internet enloqueció cuando BBC y Hulu estrenaron su adaptación a mini serie. Obviamente, yo también enloquecí. ¿Pero a qué viene semejante delirio? Nada de lo que pueda escribir sobre ella le va a hacer justicia: la serie es sencillamente impecable por donde se la mire (actuaciones, guión, fotografía). Mescal y Edgar-Jones LA ROMPEN en las escenas más duras y el personaje de la mamá de Connell es todo lo que quisiera ser yo si tuviera que/quisiera criar a un varón en este mundo.
Connell (el Paul Mescal que descubrimos y del que nos enamoramos antes que el Festival de Cannes) y Marianne (Daisy Edgar-Jones) son adolescentes tardíos que viven en un pequeño pueblo del oeste de Irlanda. Él, popular y carismático pero inseguro; ella, introvertida y solitaria pero filosa. Separados por la distancia de sus realidades socioeconómicas (la madre de él trabaja limpiando la casa de ella), un día Marianne inicia una conversación que desemboca en el descubrimiento de una conexión inevitable. El relato los sigue a partir de ese comienzo durante los siguientes años, en los que se separan y se reúnen: no faltan los momentos clave en los cuales ambos callan lo que quieren decir, dicen lo que no quieren, se desentienden y se desencuentran. Es muy estresante, aviso.
Normal People gustó y me gustó tanto porque es una historia de fascinación mutua, de amistad y de amor pero también de sexo y comunicación, que en la serie ocupa un papel muy importante: el despertar sexual y el deseo son mostrados de manera muy realista.
Las escenas donde Marianne y Connell tienen sexo son muy verosímiles y genuinamente eróticas: carecen de la artificialidad del porno mainstream pero no dejan de ser gráficas (ambos actores hacen desnudos frontales en más de una ocasión). El primer encuentro quedó grabado en la retina de quienes lo vimos porque retrata toda la tensión entre dos personas prácticamente inexpertas que saben lo que va pasar y la escena se construye a partir de diferentes momentos, de manera lenta, con mucha ternura y erotismo. Es muy significativo que muestren a un Connell que se detiene para ponerse un preservativo, pero también para preguntarle a Marianne si quiere seguir o no (hashtag consentimiento). Ita O’Brien fue la, ATENCIÓN, coordinadora de intimidad de la serie y en esta nota se desmenuza cómo trabajó en equipo con lxs directores y lxs actores. No sé ustedes, pero yo no recuerdo haber visto jamás algo parecido y definitivamente sentó un precedente.
Otra cosa que me llamó mucho la atención es cómo Rooney aborda ciertos temas que requieren respeto, pero sin edulcorarlos para hacerlos más “digeribles”: la violencia de género (que trasciende clases sociales y edades); la desigualdad socio-económica entre clases y cuestiones relacionadas a la salud mental.
“All these years they’ve been like two little plants sharing the same plot of soil, growing around one another, contouring to make room, taking certain unliekly positions (…).
What they have now they can never have back again. They’ve done a lot of good for each other. People can really change one another.
You should go, she says. I’ll always be here. You know that.”
- Normal People, Sally Rooney
Les RUEGO que lean el libro y miren la serie (está en Stremio y por ahí en Internet) para ser mejores personas. Yo vuelvo a hacer ambas cosas todos los años y siempre vuelvo a quedar devastada, pero satisfecha.
En qué ando
Leyendo: mucho material de nicho específico sobre lo que estoy estudiando/aprendiendo, pero la verdad es que por fuera de eso, poco y nada. Además medio que entré en un bloqueo lector y ningún libro de los pendientes que me quedan me atrae. La típica: los que quiero leer son los que aún no conseguí.
Mirando:
Empecé la tan esperada Obi Wan Kenobi (Disney+), que marca el regreso de, ME PONGO DE PIE, Ewan McGregor y Hayden Chirstensen al universo Star Wars, esta vez como el mentor derrotado y exiliado y el villano fortalecido, respectivamente. Estoy afiebrada modo fan, obvio, pero además me interesa mucho ver a Obi Wan como el Jedi derrumbado. ✨La joyita igual creo que hasta ahora es la mini Leia Organa. Tengo mis dudas y preguntas pero de todos modos la estoy re disfrutando.
Observando:
🍴 Probé dos cosas SUBLIMES en este mes. A saber (?):
El 25 de Mayo, las empanadas de La cocina. Las de carne estaban buenísimas, pero la que me parecieron un especialmente la Picachu de queso, cebolla y pimentón, son un 100.
🍪 Aproveché una serie de circunstancias y terminé conociendo Labán Pâtisserie, una pastelería francesa famosa por sus macarones helados. Realmente no les puedo explicar lo ricos que son y lo bien lograda que está la mezcla entre el exterior de masa suave y seca y el relleno helado y obviamente húmedo. Hacen cuatro sabores diferentes (el de pistacho es la estrella absoluta que sé que a alguien que lee Fárrago le va a encantar) y cada mes hacen una edición especial. En mayo fue de sambayón (¿sabayón?) y estaba in-cre-í-ble. Este mes el sabor elegido es mandarina y tiene muy buena pinta. Lo otro que me traje es la granola, que tiene avena, cacao, miel, almendras, castañas de cajú y nueces y es literalmente la más deliciosa que probé en mi vida (y la relación precio-calidad-cantidad es insuperable). Yo no me quiero acercar al barrio de Las Cañitas ni que me paguen, pero puedo hacer excepciones si lo amerita. Y Labán es un definitivo SÍ al que volveré siempre que pueda.
Escuchando:
Esta, esta y esta playlist de Spotify creadas por Germán Torres. Pará, ¿quién es Germán Torres?
🍞 Hace unos años, comer pan artesanal en CABA se volvió la última obsesión de cierto sector millennial (el preludio necesario de la fiebre por hacer masa madre que reinó en el 2020, ¿se acuerdan?). Uno de los responsables fue Torres, que creó Salvaje Bakery y ahora es unx de lxs fundadores de La Valiente, ese aparente paraíso (pendiente de conocer) para quienes amamos la panadería y pastelería con todo nuestro ser.
📻 ¿Cómo llegué a apropiarme de sus playlists y usarlas de fondo para escribir los fines de semana? Bueno, en primer lugar, lo busqué en IG después de leer esta nota en Maleva Mag en donde cuenta su camino. Su historia (pública, al menos) es como esas que mencioné arriba que me parecen súper inspiradoras: pasó de redactor publicitario a chef/panadero.
Después descubrí que su contenido bien de nicho panadero artesanal me copa, y porque, digamos todo, sus fotos/videos amasando me dan paz. Y encima me parece híper hot la verdad porque representa un poco mi fantasía del panadero artesanal boy medio punk que escucha buena música y le gusta la pilcha. Bueno, desvirtué todo con este comentario del que mañana me voy a arrepentir, pero ustedes entienden. El tema es que descubrí que cada tanto comparte sus propias playlists y son realmente buenas. Las que les compartí se llaman “lluvia”, “citas” y “Roadtrip mates”, respectivamente, y son curadurías súper acertadas porque construyen el clima al que aluden los títulos.
Este podcast en primera persona sobre la vida de Guido Süller (acaso uno de mis mediáticos favoritos). A modo de spin off de ese gran podcast que fue Basta chicos: la vida de Ricardo Fort (él sí, la ✨estrella✨ de mi cielo mediático), Damián Kuc vuelve con un episodio especial a pedido de quienes escucharon los de Fort para repasar junto a Guido su vida, sus inicios y su presente. Si los tienen, necesito que dejen sus prejuicios en la puerta: Süller seguirá siendo igual de carismático que siempre, pero en este especial muestra su faceta más íntima, vulnerable y profunda. Es tremendo escuchar a un hombre grande compartir lo solo que se siente y cuánto adora volver a la casa de Ushuaia de unxs amigxs porque ahí está feliz y contenido. Quiero darle un abrazo 😢
Hasta la próxima
Querida persona que llegó hasta esta parte de la carta: ¡muchas gracias! ¿Cómo estás hoy?
Yo tuve una quincena intensa en la parte académica pero que dio buenos resultados y un viernes espectacular porque fui a un evento relacionado con el trabajo que quiero conseguir. Terminé agotada porque fue lo más parecido a estar en un Disney laboral que me imagino.
Hoy para mí es alto día porque voy a ver la tan esperada Jurassic Park: Dominion y me voy a tirar encima toda la indumentaria que tengo ligada a la temática. Cuenta la historia que a los 23 ví Jurassic Park por primera vez y entré en una eterna faceta de obsesión con los dinosaurios (esa que suele aparecer a los 8 años). Hoy es un concepto muy fuerte de mi identidad y creo que me fascinan porque son un misterio. Amo especialmente la primera película con locura y la miro todos los años .💛
⚠️ Por otra parte, y acá viene lo amargo de la semana, el viernes también fue 3 de junio, o sea, el séptimo aniversario de la primera movilización #NiUnaMenos, una convocatoria que surgió de un grupo de periodistas cansadas de cubrir femicidios, y me parece importante recordar que la lucha colectiva es lo único que nos sostiene. En estos tiempos de tremendo retroceso social, hay que fortalecerse más que nunca. No pude ir a marchar pero te dejo estos lamentables datos del observatorio Ahora que sí nos ven y que me generan hartazgo y ganas de incendiar todo por enésima vez:
Un femicidio (es decir, el asesinato de una mujer por el sólo hecho de serlo) es la punta de la parte visible de un sistema social heteropatriarcal que nos puede costar muchas generaciones transformar en un mundo más justo y equitativo. A mí, por ejemplo, me desespera trabajar con niñxs en la institución en donde estoy porque no he visto cosa más tradicional-conservadora y negadora de todo tipo que esa, y pese a que tienen nueve años, ya veo a la mayoría sumida en una ignorancia y violencia total.
Gracias por leer hasta acá, y si sos de las nuevas personas que se suscribieron en estas semanas, ¡bienvenidx! ☺️
Si algo te gustó, te dio curiosidad o resultó interesante, podés recomendarle Fárrago a alguien, escribirme o compartirlo en redes y etiquetarme (estoy acá y acá). ¡Todo feedback es útil!
¡Que tengas una linda semana!
Un abrazo,
Sofi
- Con mis colegas compartimos carreras bastante extensas, y cuando hablamos sobre intereses o actividades extralaborales, me generan un importante sentimiendo dual aquellas personas que están únicamente inmersas en la actividad diaria que nos concierne: por un lado siento realmente admiración, pero por otro lado, me cuesta entender que no tengan inquietudes en otros ámbitos (literatura, Música, etc). ¿Hay que hacer siempre lo mismo hasta jubilarse? ¿La edad es un condicionante para desarrollar otros intereses? ¿Las responsabilidades y las familias a cargo son un condicionante? Argumentos seguro que hay muchos, yo mientras tanto le sigo agradeciendo a Sábato haber dejado las ciencias más duras y haber escrito Sobre Héroes y Tumbas.
- Me gustó Normal People -vi la serie, mas no leí el libro-, coincido, hace mucho que no veo escenas de sexo tan bien hechas. Los dos la rompen. Hay una serie de Netflix, "Love" (con Gillian Jacbos y Paul Rust), que me gustó muchísimo y que tiene puntos en común con Normal People, hasta incluso en una temática como la adicción a la drogas y la salud mental. Dale una chance.
- ¿Los dos primeros capítulos de Obi Wan -los únicos que vi hasta ahora-, tienen bastante de la película Logan de Marvel, no? No podría estar más de acuerdo, la mini Leia la rompe. Por otro lado, que grata sorpresa haber visto a Flea, no soy fan de los Peppers, pero el tipo me cae cien puntos.
Saludos!