(Archivo) #3 - ¿Vocación? ¿Y eso con qué se come?
A veces estoy bien, pero está todo mal
El viernes pasado logré (pataletas y muchos meses de frustración de por medio) cerrar una gran etapa profesional/estudiantil. La mitad de quienes leen esto ya lo saben: este año me recibí de algo que, si bien me da ciertas satisfacciones y una conciencia situacional mucho más profunda que la de la mayoría que opina sobre esta disciplina, no es un campo en el que me sienta cómoda, a gusto, ni en el que quiero seguir. La versión corta cuenta que hace un año y monedas metí las manos en el fango, me di cuenta de esto, me escuché bien y empecé un viaje de reconexión y búsqueda súper intenso. Vengo caminando un recorrido inestable, errático y confuso y sí, un poco me arrepiento de algunos detalles, pero también entiendo que es el mejor camino que pude hacer con las herramientas que tenía en cada etapa.
¿Vocación? ¿Y eso con qué se come?
“Voy a empezar diciendo la única verdad que van a escuchar de mí esta mañana: yo soy periodista, pero no sé nada de periodismo” - Leila Guerriero
Una de las primeras lecciones de eso que llaman adultez tiene que ver con ese concepto llamado “vocación”. Dicen Wikipedia y la RAE que la palabra proviene originalmente del ámbito religioso, ya que alude a ese “llamado” o convocación a la vida consagrada (a un dios). Con el avance del siglo XX, vocación se convirtió también en ese “llamado” desde lo profesional: un rubro, carrera, trabajo o trayecto que nos elige/elegimos y que a cualquiera que haya nacido antes de los 2000 le enseñaron directa o indirectamente que es estático, fijo y para siempre. Es decir: si a los 18 años nos inclinamos por una carrera (preferentemente en la universidad), debemos atarnos a dicha elección por el resto de nuestras vidas. Y una vueltita de tuerca más: que aquello que hagamos como trabajo al concluir los estudios superiores (ya sea una carrera universitaria de 9 años o un curso de 9 meses) definitivamente tiene que estar relacionado con eso que estudiamos 🤔.
Si no sabes cuál es la dirección, hay una brújula en tu corazón
“Cada día busco una salida / Que me lleve a volver a encontrarme / Sin querer queriendo me bajé en otra estación” - “Cada día”, Mateo Sujatovich, Conociendo Rusia.
No recuerdo demasiado bien cuándo fue la primera vez que pensé en serio acerca de qué camino tomar al finalizar la escuela secundaria; ni siquiera sé cómo fue que tomé la primera decisión. Nadie debería hacerlo a los 18: ¡es una trampa!, pero el mercado laboral y la sociedad nos impulsaron a hacerlo y una vez en el baile, pensar y repensar el camino a lo largo de nuestras vidas depende mucho de las herramientas que hayamos incorporado para resolver conflictos (no, tampoco nos las enseñaron en la escuela). Tengo que hacer un esfuerzo para pensar en alguien que haya realizado un recorrido lineal (o más bien estable) desde que terminó el colegio hasta el día de la fecha: la gran mayoría de las personas que conozco cambió al menos una vez en su vida de plan. Y por “plan” me refiero a carrera o estudios, a saltar de un área a otra e incluso a mudarse de trabajo cada ciertos intervalos cortos (¿dedicarse 40 años a lo mismo? ¿qué es eso?).
Creo que esos “volantazos”, más o menos planeados, más o menos impulsivos, son un rasgo distintivo y totalmente coherente de nuestra generación, que al mercado laboral (y a nuestras familias, digamos todo) todavía le cuesta en general abrazar. Pero además, eso que llaman “vocación” a veces ni siquiera se manifiesta en unx como tal. Muchas personas (como esta humilde servidora) no tienen una sola vocación, pasión o interés que además quieran/puedan transformarlo en una fuente de trabajo remunerado, sino que poseen múltiples intereses. Hace ya varios meses me pasaron “Por qué algunos no tenemos una verdadera vocación”, una charla TED en la que Emilie Wapnick habla de las personas “multipotenciales”. “Multipotencial” es el término usado en psicología para referirse a alguien que demuestra múltiples aptitudes a lo largo de varias disciplinas distintas y que muchas veces son catalogadas como problemáticas porque cambian de trabajo con frecuencia al sentirse estancadas o aburridas o simplemente con curiosidad por probar nuevas cosas. Les recomiendo fuertemente que miren esa charla, ya sea por si les resuena en lo personal o por si conocen a alguien que pueda sentirse identificadx con esto y se la quieran pasar.
Y un recordatorio amistoso: la vocación no es estática y única, sino que es dinámica, muta con el tiempo y se transforma a partir de las decisiones que tomamos con las herramientas que tenemos. Ya decía Sartre algo así como que somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotrxs.
En qué anduve :)
Leyendo: la frase que abre este correo es de Leila Guerriero, una de mis más grandes referentes en periodismo narrativo y escritura general. Es el comienzo de un texto incluido en el libro “Frutos extraños”(Alfaguara), que recopila crónicas, perfiles, conferencias y ensayos que Leila escribió entre los años 2001 y 2019, y que constituyen una prueba más de la manera obsesiva y puntillosa que tiene de mirar el mundo que la rodea. A mí sus textos me dejan sin aire de lo bien escritos y pensados que están: los subrayo y releo todo el tiempo. Si les copa, escríbanme y les armo una reseña en instagram.
Mirando: ví la peli Parasite y me pareció ESPECTACULAR en todo aspecto: fotografía, guión, actuaciones, manejo de tensión y uso de recursos visuales para contar la historia. Ampliaremos (?).
Escuchando: Conociendo Rusia en el Gran Rex. Soy muy fan de la música del Ruso desde que la conocí, allá por la segunda mitad del año pasado. Como se convirtió un poco en el soundtrack del ASPO y de mi primer verano pandémico, me marcó fuerte. Hace una semana tuve el privilegio de ir con una amiga, después de varias cancelaciones y reprogramaciones, a su debut en el Gran Rex y no les puedo explicar la felicidad y el éxtasis que experimenté en esas dos horas. Fue el combustible que usé para terminar la semana y hasta me dejó pensando. Algunos subtítulos de esta edición son un homenaje a su último disco, “La dirección”.
¡Hola! Si llegaste hasta acá, perdón y gracias 🤓
¿Qué tal tu quincena? La mía innnntensaaa como siempre, pero refugiada en lo de siempre: amigues, libros, música, series. Ahora que logré cerrar una etapa muy grande estoy lista para diseñar y tratar de ejecutar un nuevo trayecto, muy diferente pero más cercano a lo que descubrí que me gusta. Pero primero, una vez que empiecen mis “vacaciones”, voy a dormir y no hacer nada durante unos cuantos días y quizás soñar que estoy en, no sé, Bariloche 😍
Antes de irme te dejo dos PLANAZOS para el finde:
Este sábado 4/11 hay en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires un concierto por su Bicentenario. El line-up es tremendo: Fito Páez, Abel Pintos, Pedro Aznar, Vicentico, Soledad, Coti, Jairo, Lisandro Aristimuño, Nahuel Pennisi, Zoe Gotusso, David Lebón, Raúl Lavié, Víctor Heredia, María Becerra, Carolina Peleritti, Conociendo Rusia, Elena Roger, Iván Noble, Cazzu, Natalie Pérez, Femigangsta, Juan Ingaramo, Kevin Johansen y Mora Godoy. Más info acá.
Este domingo 5/11 cumple una de mis librerías favoritas de CABA: Mandolina Libros y festejan desde las 17 hs con lecturas en vivo, tragos, feria, sorteos, descuentos y musiquita. Acá pueden chusmear todo. Si van, ¡quizás nos crucemos!
Bueno, hasta acá por hoy. ¡Hasta el miércoles que viene, no, el oootro!
Te mando un abrazo grande,
Sofi