“Quisiera vivir de una manera que me permita trabajar con mis manos, mi sentir y mi cerebro. Quisiera tener un jardín, una casita, pasto, animales, libros, cuadros, música. Y acerca de esto quisiera escribir, poder expresarlo.
Una vida cálida, entusiasta, vivir la vida, sentirme arraigada a ella, aprender, tener el deseo de saber, sentir, pensar, actuar.
Eso es lo que quiero. Y nada menos. A eso debo apuntar”.
Katherine Mansfield, Diarios (1922)
Nunca fui buena para los finales. Ni para terminar una serie o un libro que me gustó mucho, ni para procesar cierres de etapas que suponen un alivio o un cambio positivo. Las despedidas me cuestan: muchas veces las dilato porque me fastidian, me hacen llorar. “Poder decir adiós es crecer”, cantó Cerati una vez y nos regaló esa frase que luego se multiplicó hasta el hartazgo en cuadritos y tatuajes. “Crecer es difícil”, agregó en una carta un (ahora) exalumno mío. Las dos cosas -decir adiós y crecer- implican un dolor, una especie de escisión de un pedacito tuyo que se pierde pero que deja una marca que tarde o temprano cicatriza. Y después, claro, esa cicatriz se transforma en otra cosa. O te transforma, en realidad.
No me resulta difícil entender esto ni abrazar los cambios, sino más bien atravesar el proceso. Con los años fui acumulando finales y ciertamente estas últimas dos semanas (y las que le quedan a octubre) traen muchos vientos de cambio marcados por cierres y despedidas que dan miedo y son inquietantes, aunque también traen esperanza. Los finales pueden guardar cierta belleza pero hay que saber mirar y encontrar la paz en ellos. Y quizás sentarse a escribir para bajar a tierra (al papel, al procesador de texto) todo lo que pasa adentro. “Why did I write it down? In order to remember, of course, but exactly what was it I wanted to remember?”, escribió Joan Didion. Lo que sigue me parece por momentos un abismo desconcertante, y por otros, una aventura y una prueba más que sortear. ¿Qué mejor manera de hacerle frente que escribir para recordar, o recordar para escribir?
La bahía - Cynan Jones
“No importa quién eres. Sabes qué eres físicamente y que estás en un kayak en el medio del océano. Sólo importa quién eres, en este momento”.
📚 ¡Cynan Jones lo hizo de nuevo! Publicada originalmente en 2016 y traducida este año por Chai editora, La bahía (The cove) sigue el devenir de un hombre a quien lo sorprende una tormenta en el medio del mar mientras navega en kayak. Desde el momento en el que el protagonista vuelve en sí luego del impacto de un rayo, comienza a oscilar entre la desesperación por salvarse, la calma de aceptar el imprevisto y sus consecuencias y la certeza de que alguien, de algún modo, lo espera más allá del caos. “Ahora que sabía que ella existía, necesitaba hacerle saber que no tenía que preocuparse. Le resultaba imposible creer que moriría, pero no que podría dejarla sola. A ella y al bebé. El verdadero miedo que estaba tratando de reprimir era el que sentía por ellos”.
¿Qué razones particulares tenemos para sobrevivir? ¿Cuánto estamos dispuestos a ceder y esforzarnos para salvarnos? ¿Qué hicimos con nuestro tiempo en la Tierra? ¿A quiénes y cómo dejamos atrás cuando nos vamos?. Partiendo de interrogantes como estos, Jones construye un relato breve y súper minimalista, casi un texto meditativo que se pregunta por el encuentro entre la vulnerabilidad humana y la inmensidad de la naturaleza. Me gustó y lo leí en una mañana de domingo, aunque me costó terminarlo porque no es del todo apto para leer en un momento de mucha sensibilidad o tristeza.
Argentina, 1985
¡Finalmente pude ir al cine a verla! 🎥 Argentina, 1985 se inspira en la vida de los fiscales Julio Strassera y Luis Moreno Ocampo que, junto a su equipo jurídico, a contrarreloj y en una frágil e incipiente democracia, se atrevieron a reunir pruebas y acusar a la última dictadura militar argentina por delitos de lesa humanidad. La película, dirigida por Santiago Mitre y protagonizada por Ricardo Darín, Peter Lanzani y Alejandra Fletchner, se presentó en septiembre pasado en el 79º Festival de Cine de Venecia y fue ovacionada de pie, generando enormes expectativas en el público local.
La verdad es que, si tenés oportunidad de mirarla en la pantalla grande y con público, es la mejor manera de hacerlo porque creo que la experiencia colectiva suma mucho. Yo también la estaba esperando con ansias: me gustó porque me pareció un lujo de producción y creo que se va a transformar en una de nuestras grandes pelis de culto.
✨El diseño de vestuario y tanto la dirección de arte como la de fotografía me encantaron porque recrean la época a la perfección. Fue muy lindo ver, por ejemplo, la decoración y el mobiliario típico de los años 80 con mucha herencia de los 70 en Argentina, los carteles de los subtes y los colectivos viejos. El uso del color me gustó MUCHÍSIMO (vaya sorpresa) porque le dieron un matiz ambarino muy vintage (de la mano de la paleta de las décadas mencionadas) y usaron también rojos, verdes y azules con alto contraste (les debo las capturas específicas que quería incluir para mostrarlo).
✨Como seguro sabrás, al ser una producción en conjunto con Amazon Prime Video, hubo un conflicto entre las cadenas de cines y la plataforma acerca de su distribución, generando que la peli se estrene en muy pocas salas en todo el país. Dado el éxito que está cosechando, el Cine Gaumont (CABA) la va a exhibir por sólo 90 pesos en tres funciones diarias (12.30, 17.15 y 22.15, a excepción del martes 18 que no habrá proyección vespertina).
Por toda la temática sensible que aborda (los delitos de lesa humanidad y sexuales y la crueldad de la dictadura cívico militar más sangrienta de nuestra historia), salí obviamente más bien conmovida que extasiada del cine. Me quedo en especial con el reclamo de construir memoria colectiva para obtener Justicia.
¿Material de ganadora de un Oscar? Seguro.
Lo que estuve…
📚 Leyendo:
Trenes, truenos y tigres y otras cosas que no hay en Tierra del Fuego, de Alejandro Winograd. Se lo compré al mismo autor/editor en la FED de agosto luego de conversar un montón sobre Ushuaia y me pareció una linda compilación de relatos repletos de amor por el Fin del Mundo, sus paisajes y su cultura. También incluye reflexiones sobre contar historias: “Pero los libros son algo más que el papel con el que están hechos; los libros son historias que se contaron una vez, y que se guardan a la espera del momento en que se cuenten de nuevo”.
A propósito del estreno de Argentina, 1985, esta nota de Ana Correa sobre un fallo reciente de la Corte Suprema que considera los delitos sexuales cometidos por la dictadura como crímenes de lesa humanidad. “La violencia de género estuvo incluida en el Capítulo XIII, en la parte de delitos de tormentos. Es decir que el Juicio a las Juntas fue histórico también por incorporar a la violencia sexual como consecuencia del plan represivo. Lo que a la Corte Suprema le llevó 37 años más”, destaca el artículo.
🎥 Mirando:
Esta entrevista de Tomás Rebord a Mariana Enríquez en su ciclo El Método. Me pareció un poco larga (hacia el final, especialmente), pero muy rica porque Mariana habla de todo: de sus inicios en el consumo (problemático) de drogas, de escritura, del oficio de periodista, de sus inspiraciones y obsesiones y de sus miedos como creadora. Hacia el minuto 40 aborda la cuestión del estilo personal que puede llevar a repetirse, a escribir siempre el mismo libro, a llegar a ser reconocible en el lenguaje literario y que eso sea un logro y caída al mismo tiempo. “Mi prisión es empezar con un realismo casi mágico y llevarlo hacia el terror”, dijo Enríquez, y me pareció fantástico. También tiró data sobre su próxima novela y algo del proceso de escritura de Nuestra parte de noche que me encantó. Acá te conté sobre el verano en el que quedé total y completamente enamorada de esa novela.
La princesa Mononoke (Mononoke Hime). En esta edición te había contado lo mucho que me gustó mi primera incursión en las pelis de Studio Ghibli y la semana pasada volví a sumergirme en ese mundo creado con tanto amor por Hayao Miyazaki. La historia es ✨HERMOSA✨ por donde se la mire y realmente creo que necesito volver a mirarla. Estrenada en 1997, nos muestra a Ashitaka, el último príncipe emishi que, al salvar a su pueblo de un ataque de un demonio (Tatarigami) que se había apoderado del dios Jabalí Nogo, es mordido por el mismo y destinado a una muerte segura. La anciana de su pueblo lee su fortuna y le dice que la herida se le extenderá por su cuerpo hasta matarlo, por lo que debe exiliarse de su tierra natal y dirigirse hacia el oeste en busca del dios del bosque para que lo libere de la maldición. También le advierte que debe “mirar con los ojos carentes de odio” y esto es un punto clave, porque la verdadera historia que se cuenta es la de la compleja lucha entre la naturaleza (los animales del bosque) y los humanos, y los matices e intereses particulares que entran en conflicto.
Ashitaka conoce primero a Lady Eboshi, una mujer que construyó una ciudad que se dedica a la explotación minera (lo cual hace que se enfrente a los animales), pero no podemos verla como una completa villana porque formó una comunidad que le da lugar a sectores marginados de la sociedad como las prostitutas y las personas con lepra. Luego, el príncipe se encuentra con San (la “princesa mononoke” del título, o “de los espíritus vengadores”), una humana abandonada por su familia y criada por lobos-dioses que lucha por defender a su familia animal y desprecia a su especie. La llegada de Ashitaka a la vida de San la hará replantearse algunas de sus creencias más firmes.
Hay mucho más para analizar pero sólo agrego que el nivel de belleza y sutileza que maneja la película es realmente impresionante: cada plano está trabajadísimo al detalle (es, lógicamente, una película muy verdeazulada). Tiene impreso un amor por la naturaleza y una reflexión sobre la condición humana que me conmueve un montón. Y mujeres protagonistas fuertes, eso es un sí rotundo. La encontrás en Netflix.
📻 Escuchando:
Ainda dúo. Internet los llamó revelación del indie pop allá hace unos años. Dice mi corazón que “Adiós,” la canción en colaboración con Conociendo Rusia, lo partió en pedacitos (“Y ahora, cerraron las heridas y me animo a decir/ te amo, te quise y adiós” 💔). Lo cierto es que Esmeralda Escalante y Yago Escrivá hacen una música lindísima que acabo de descubrir hace apenas pocos días y ya sonaron muchas veces en mi casa. La voz de ella me parece súper cálida y suave, al estilo de Feli Colina. Hasta ahora, además de esa colaboración, me gustó mucho el disco “Animal” (2018) y Primavera, una canción junto a Jorge Drexler.
El Tiny Desk de Trueno: me pareció muuuuy bueno y me gusta muchísimo que se trate de un representante del trap local que está orgulloso de pertenecer al mejor país del mundo: “Bajo a Tierra del Fuego y tengo el Fin del Mundo cerca/ Las islas me cantan tango siempre fueron y son nuestras”. EL QUE NO SALTA ES UN INGLÉS, CARAJO.
Observando: a través de un emprendimiento a quien le compré algo una vez descubrí a @josepinta, una artista digital/ilustradora/diseñadora gráfica que hace cosas HERMOSAS inspirada en la naturaleza, la Patagonia y animales como zorritos naranjas y osos 💛. Me parece muy inspirador su arte, pero también que cuente que se va a vivir una aventura personal llamada “mudanza a Bariloche”. En noviembre reabre su agenda, yo que vos chusmeo su perfil y su tienda.
También fui a tomar algo de noche al clásico y hermoso Los galgos (sólo había ido de día algunas veces hasta ahora) y me parece una gran experiencia para jugar a ser ✨ señoras que toman tragos elegantes ✨. El vermut estaba perfecto y la tortilla de papas y los buñuelos de acelga estaba buenísimos. Con mi amiga coincidimos en que vale la pena el precio (un poco alto para bolsillos modestos).
Hasta la próxima
Hola, vos: ¡muchas gracias por llegar hasta acá! ¿Cómo te encuentra esta edición de Fárrago hoy?
En estos días estuve (estoy) afrontando un cambio laboral que implica dejar lo que estuve haciendo los últimos años para saltar a otro trabajo y, además, dar vuelta mi rutina diaria. Esto me tiene muy contenta (no por el nuevo puesto en sí, sino por la posibilidad de cambio), pero no se nota porque estoy aterrada, ya que se mete de lleno con la construcción de mi identidad (porque una vez docente, siempre docente) y con la sensación de no estar pudiendo procesar bien lo que (me) sucede. Pese a que busqué esta oportunidad, y aún sabiendo que voy a seguir explorando qué hacer con mi trayecto profesional, todo cambio e intento de organización me abruma. Y si, como en mi caso, se juntan dos o más cierres de etapas, eso puede empeorar. Si padecés ansiedad seguro te identificás con esa sensación de saber que una gota de agua se puede convertir en un mar revuelto y que todo lo que quieras hacer se puede ver dificultado por estas olas repentinas de angustia. Sin embargo, me tranquiliza saber que existen herramientas que nos permiten surfearlas. Además de hacer terapia, me parece importante contar con espacios a modo de refugio. Tener proyectos como Fárrago, conversar y dejarse abrazar por personas que armen una red o hacer actividades placenteras para desconectar, todo ayuda.
Esta edición está dedicada a mi versión actual, que se permite en esta primavera desprenderse de a poco de sus hojas marchitas, de lo que no le sirve de sus versiones pasadas para abrazar nuevas aventuras.
También está dedicada a vos, si estás en medio de un cierre de algo a lo que hay que decirle adiós (o hasta luego). 💛
✨Aviso 1: en unos días sale Midnights, el disco nuevísimo de Taylor, por lo que: a) Quizás la próxima edición esté dedicada en su mayoría a ella; b) No me hago responsable por la clase de persona que seré después del 21/10. Obvio que Midnights promete un montón porque Taylor comunicó que es un disco que reúne canciones en las que explora sus miedos y fantasmas (y mucha Taylor enamorada va a haber, seguro). Además, la estética que le imprimió a los videos para revelar el tracklist es todo lo que quiero (vestir). Ya estoy lista, aunque no del todo preparada, para ser destrozada por sus nuevas creaciones.
✨Aviso 2: Feliz 17 de octubre, compañere (es mañana y no puedo ir a la marcha porque trabajo hasta tarde), si te corresponde el saludo ✌️.
Gracias por leer hasta acá, y si sos de las nuevas personas que se suscribieron en estas semanas, ¡bienvenide! ☺️
Si algo te gustó, te dio curiosidad o resultó interesante, podés recomendarle Fárrago a alguien, escribirme o compartirlo en redes y etiquetarme (estoy acá y acá). ¡Todo feedback es útil!
¡Que tengas una linda semana!
Un abrazo,
Sofi