#24 - El disfrute como posibilidad y como hecho
O cómo hacer convivir dos realidades paralelas
«Estoy en un punto en el que no puedo ser la que siempre soy ni convertirme en la que podría ser. »
Tres luces - Claire Keegan
Hay un tema recurrente en la narrativa de mi vida: el disfrute como posibilidad y como hecho. Si bien me considero una persona con capacidad de encontrar placer en cosas sencillas (sencillas para mí, en realidad) como que sea temporada de comer guisos y sopas, caminar entre las hojas del otoño y dormir calientita bajo una frazada, no siempre siento que esté efectivamente disfrutando de aquello que debería estar disfrutando.
¿Debería?
En este último mes mi vida volvió a dar un vuelco (claro que sí, ¿con quién creen que están hablando?). En la misma semana conseguí por primera vez un trabajo que me entusiasma dentro de una disciplina que amo. También recibí un mensaje que me invitaba a desocupar el monoambiente pulgoso que alquilo y llamo hogar. Mi hogar. Lo repito por las dudas: por un lado, la felicidad de haber sido contratada y elegida para una oportunidad laboral que vengo buscando hace ya varios años; por el otro, la desesperación de saber que tengo que afrontar una (dos) mudanzas siendo una persona de clase baja-aspiracional-a-media con ingresos más bien escasos y, obvio, deudas y cero ahorros 🤪. Ah, y en este contexto de crisis habitacional y guerra desenfrenada entre propietaries (algunos más buenos; otros, una peste total), inmobiliarias (el verdadero villano) y personas que alquilan que probablemente jamás accedan a su vivienda propia (hola) 😖.
A lo que voy con esto es que durante todo el mes pasado sentí que no sabía cómo sentirme: ¿por qué cuando me preguntaban si estaba contenta por volver a tener un horario laboral normal y un trabajo interesante sentía el peso del estrés apoderarse de mi respuesta?
“[Sí, estoy contenta por eso] pero [aturdida por los problemas de turno]”.
Por supuesto que sé que, en el mejor de los casos, la vida está compuesta por momentos de felicidad y etapas de mayor plenitud intercalados con momentos más o menos angustiantes. Sin embargo, me fastidia y me da culpa no poder disfrutar a pleno de una buena noticia.
☘️Algo parecido me sucedió con mis clases de danza irlandesa. Una amiga mía volvió a armar grupo de zapateo irlandés (la propuesta está buenísima, al final de todo te dejo su contacto). Después de meses de rogarle que vuelva a darlas, de desear en secreto que lo concrete y luego llorar porque no me daban los horarios, pude sumarme justo para la primera clase. ¿Y qué sucedió en los primerosencuentros que tuvimos? Me frustré, no me divertí, quise faltar, me sentí una completa tarada. Esto nada tiene que ver con las clases en sí, que son muy lindas (Iri, además, tiene una paciencia infinita digna de docente con años de aula), sino con lo que me pasa a nivel interno. Mi psiquis siendo mi peor enemiga alejándome del disfrute para concentrarme en lo que yo veo como mis defectos. Esa voz interna que me acusa de fracasada y forma alianza con algunos achaques propios de la edad y el estrés. ¿La paradoja? Uno de los objetivos de esas clases es aprender a disfrutar de zapatear sin presiones en una session irlandesa (y animarme a hacerlo).
Y lo mismo me pasa con Fárrago📝: me encanta escribirlo y que exista, pero no termino de disfrutar el proceso. Siempre estoy a las corridas, no cumplo mis propios plazos y me tortura no sólo la inconsistencia sino también mi incapacidad para concentrarme y mantenerme enfocada en *inserte tarea o actividad*.
Acá hay un patrón de conducta, me parece.
¿Cómo hacer entonces para disfrutar a pleno esos momentos de felicidad o gratificación que aparecen? ¿Es posible que éstos convivan con unas circunstancias adversas?
When you are young they assume you know nothing
📖 Tres luces - Claire Keegan
«Y así pasan los días. Me quedo esperando que pase algo, que la tranquilidad que siento termine -despertarme en una cama mojada, meter la pata, algún error garrafal, romper algo- pero cada día se parece mucho al anterior.»
Elegí para esta edición una recomendación doble: la misma historia en diferentes formatos. Me refiero a Foster, una novela de mi amada Claire Keegan que leí en mis vacaciones y me encantó. Publicada por la editorial Eterna Cadencia en Argentina bajo el título Tres luces, se trata de una novela muy corta que transcurre en la Irlanda rural de principios de los años ochenta. Cáit, una niña de 9 años, es llevada a la casa de un matrimonio vecino, para pasar una temporada, hasta que su madre haya dado a luz al último de sus hermanxs. En este nuevo hogar todo contrasta con la vida que conoce la niña: la familia Kinsella la cuida como nunca nadie lo hizo, la estimula a aprender cosas nuevas y le ofrecen un espacio con comodidades desconocidas. El matrimonio le enseña que en esa casa no esconden secretos, pero Cáit pronto intuye algo más, y comprende que, quizás, el dolor pueda transformarse en ternura.
«Sus manos son como las manos de mi madre, pero hay algo más en ellas, algo que nunca antes sentí y que no sé cómo llamar. Me siento sin palabras, pero esta es una casa nueva y necesito palabras nuevas»
La trama de Tres luces se nos revela a través de la mirada inocente de la protagonista (algo que me parece bastante difícil de lograr como escritora) y juega con la tensión de aquello que no se dice, pero se deja entrever.
La novela, además, contiene todos los temas y elementos recurrentes en la obra de Keegan. Por un lado, la vida cotidiana en el campo irlandés y la escritura de estas escenas con un nivel de detalle que crea el clima de la historia. Por el otro, la construcción de personajes entrañables que pasaron por situaciones complejas, pero para quienes siempre reserva un atisbo de esperanza.
En resumen: Tres luces es una novela súper disfrutable. Lectura corta, ideal para un día libre de otoño 🍂, yo que vos aprovecho la Feria del Libro para buscarla (stand n° 1920 - Los Siete Logos, Pabellón Amarillo)😉.
🎥 The Quiet Girl
Algunas semanas después de terminar la novela de Keegan miré The Quiet Girl (An Cailín Ciúin), la adaptación a la pantalla grande que se estrenó en Irlanda en 2022. La película tuvo mucho éxito de crítica, ganó varios premios y estuvo nominada a los Oscars como Mejor Película en Lengua Extranjera. Me parecía difícil traducir el valor y la fuerza de la palabra escrita de esta autora, que, como te conté en el apartado anterior y en esta edición, retrata la vida rural en Irlanda y construye personajes a partir de descripciones muy detalladas de lo cotidiano, de silencios y tensiones. Sin embargo, creo que superó de manera exitosa el desafío.
«Este es otro tipo de casa. Acá hay espacio y tiempo para pensar.»
The Quiet Girl me pareció bastante sólida respecto al guión adaptado, la dirección de Colm Bairéad y la actuación de Catherine Clinch, que interpreta a Cáit. Me parece que, con la dirección de arte y fotografía (una paleta de colores cálidos con amarillos, ocres y un contraste de verde y gris propio del campo) lograron crear ese clima propio de la obra de Keegan y estar a la altura de la novela. De hecho, me gustó más cómo quedó el final de la historia en la película que en el libro. Pese a ser un drama, es conmovedora pero no tiene grandes sobresaltos ni apela a golpes bajos. Es una joyita del año pasado hablada casi por completo en gaélico, de una hora y media de duración y que vale la pena mirar.
En este mes estuve…
📚 Leyendo:
Un artículo de opinión del año 2021 en donde Natalí Incaminato (más conocida como “La Inca” en redes), escribe: «Si en los poderes legislativo y ejecutivo los mecanismos de cupo y una tradición de mujeres en la política argentina lograron cierta presencia (a pesar de los ataques machistas que recibieron y reciben), en el periodismo rige otra lógica de elección dictada por los productores y consumidores del análisis». La encontrás acá.
“El niño cinéfilo”, una entrevista de Revista Anfibia al director Damián Szifrón. Me gustó mucho y me sentí muy identificada con el amor al cine que emana Szifrón. La leés acá.
📖 Mi lectura actual: Where Are You, Beautiful World, la novela que me faltaba de Sally Rooney🥰.
🎥 Mirando:
La temporada final de Succession, una de las mejores series de este siglo. HBO estrena cada domingo a las 22 hs un capítulo nuevo, que eleva mucho el mood fatalista de domingo a la noche (y ya estoy sufriendo porque quedan apenas 4 o 5 episodios y se termina para siempre). Tiene una construcción tan precisa y fuerte de los personajes y de la trama que, cuando te das cuenta, ya estás sumergidx en la familia Roy y sus disputas de poder.
Esta última temporada en particular viene siendo súper sólida: los capítulos 2 y 3 son realmente una obra maestra por cómo están escritos, actuados y dirigidos, pensados al más mínimo detalle. Aportan aire fresco al tratamiento de algo en particular (que no puedo escribir por si no la viste) que se corre de los lugares comunes. Y además, está el inigualable Matthew Macfadyen a.k.a el mejor Mr. Darcy de la historia. Si no viste esta serie, lamento comunicarte que te estás perdiendo de algo supremo.
📻 Escuchando:
💽 LALI, el nuevo disco de Lali Espósito. Me gustó tanto que escribí una nota para Feminacida en donde analizo las múltiples referencias que incluyó y por qué considero que es la verdadera reina del pop argentino. La leés acá.
🎙️ La entrevista del ciclo Caja Negra a Estela de Carlotto.
🎙️ La edición de El Método Rebord con Alejandro Dolina.
📍Observando:
🕹️ Un jueguito: ¿Qué canción define tu vida?. A mí me tocó "Umbrella”, de Rihanna.
🍴 Algo que siempre recomiendo pero el público se renueva: si buscás comer una buena galletita de limón, como las Titas de antes, te regalo esta foto de las que hacen en Atelier Fuerza. Creeme que son muy buenas (como todo lo que producen, en realidad).
🍴Un descubrimiento a último momento: la mousse artesanal que hacen en Morris Mousse. Tienen un local a la calle en Paraná y Santa Fe (Recoleta) y sirven el potecito de mousse con una base del dulce de leche tandilense Produlac (el más rico que probé en mi vida). La mousse de chocolate al 70% es deliciosa y liviana y me contó Marcos Speroni, su creador, que utilizan materia prima de excelente calidad. Más info, acá.
Hasta la próxima
Holaaaa, ¿cómo estás?
Este mes fue nuevamente uno de muchos cambios y #cositas. Una de ellas, además de la mudanza y el nuevo trabajo que mencioné arriba, es que estrené un nuevo newsletter mensual para Feminacida 😄. Se llama En foco y es un espacio en donde comparto libros, cine y otros consumos culturales para descubrir y reflexionar. 💌 Llega el tercer jueves de cada mes y, si te interesa, te podés suscribir acá. ¡Es gratis!
Por otro lado, dados los múltiples frentes que tengo abiertos 🤹♀️, decidí que Fárrago pasará a ser una edición mensual. Es decir: nos encontramos nuevamente el primer domingo de junio✨.
Como te contaba más arriba, si querés tomar clases de zapateo irlandés para todos los niveles, escribile a Irina.
¡Gracias por leer hasta acá! 🙂 💌 Espero que algo de lo que te compartí haya sido de tu interés.
Si algo te gustó, te dio curiosidad o resultó interesante, podés recomendarle Fárrago a alguien, escribirme o compartirlo en redes y etiquetarme (estoy acá y acá).
¡Que tengas una linda semana!
Un abrazo,
Sofi
Me sentí identificada cuando hablabas del disfrute. Gracias por seguir escribiendo Fárrago. Pd. abrir cafecitos no es una posibilidad? Me pasa a veces que quisiera mandarte alguito de dinero, mas no sea significativo, todo suma. Una manera de reconocer un poco el tiempo/esfuerzo que le dedicás a esto que en definitiva, me gusta y me hace bien. En fin. Gracias ♥
Me encantó y me hizo muy bien leerte 💜