Cónclave: intrigas palaciegas en el Vaticano
¿Qué pasaría si House of Cards ocurriera en el Vaticano?
Los suelos y columnas de mármol.
El silencio sepulcral.
Los murmullos en el pasillo.
El juego de apariencias, los rumores, las alianzas.
Y la voz de Ralph Fiennes.
Si rondás los 30 y tenés cierta memoria, seguro recuerdes cuando, allá por el 2005, falleció el Papa Juan Pablo II y el tema favorito de la agenda mediática era la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Yo siempre fui una niña politizada e interesada por esos “temas de adultos” y tengo un recuerdo muy nítido sobre la ¿emoción? que nos generaba a mi mejor amiga y a mí estar viviendo un momento histórico a nuestros nueve años. En ese momento aprendí cómo funcionaba que falleciera un Papa: si de la chimenea salía humo blanco era porque ya se había elegido (por voto) a un sucesor.
Años más tarde, en el verano de 2013, Benedicto XVI (ese sucesor del 2005), renunció. Los cardenales organizaron un nuevo cónclave, es decir, se encerraron para someter la elección del nuevo Papa a tantas votaciones como hiciera falta para llegar a una decisión de la mayoría. Yo en ese momento no era católica (ni tampoco lo soy ahora), pero sí soy argentina y me acuerdo como si fuera ayer el día en que me fui a dormir una siesta, me levanté y me encontré con un país revolucionado celebrando al nuevo Papa como un gol. Se trataba, por supuesto, de Jorge Bergoglio: un argentino.
Creo que en gran parte esos recuerdos me llevaron a elegir a Cónclave como lo primero que miré este año y a disfrutarla un montón. Me daba curiosidad ver una película que trate sobre ese proceso de elección tan particular y sabía que estaba dirigida por Edward Berger, el director de All Quiet on the Western Front.
Quedé fascinada desde el primer plano. La cinta tiene como punto de partida la muerte del Sumo Pontífice y la celebración de un nuevo cónclave a cargo del Decano, el Cardenal Lawrence, interpretado por un magnífico Ralph Fiennes. Lawrence se nos revela a quienes somos espectadores por partes: primero lo vemos caminando de espaldas, apurado. Después vemos su mano apretada y, finalmente, su rostro. Algo lo preocupa: elegir al sucesor no es tarea fácil, mucho menos cuando en las horas posteriores a la muerte del Papa sale a la luz una asignación de un nuevo cardenal que resulta sospechosa. Los cardenales de todo el mundo empiezan a llegar y pronto se arman dos bandos: el más progresista versus el más conservador. Para colmo, el ambiente se carga de mayor tensión cuando los rumores comienzan a esparcirse y en pocos minutos sentimos como si estuviéramos viendo en vivo las disputas de poder y alianzas dignas de series como House of Cards o Game of Thrones.
Chismes en el Vaticano
Por más solemne que se nos presente, hay algo en el tono y el guion de Cónclave que hacen que sea una peli entretenida y se pase volando: la cantidad de chismes que tiene. Por momentos parece que el Cardenal Lawrence se dedica a lo largo de toda la película a recibir rumores de parte de su secretario y a intentar desenredarlos. Ralph Fiennes hace una tarea excelente en su rol de Decano: un hombre que quiere hacer lo correcto, pero para eso necesita lo más cercano a la verdad que pueda conseguir. ¿Cuántos de los rumores que le reportan son ciertos?
La duda aparece como una sombra, pero también se hace presente con toda su fuerza en un momento clave. En estos tres minutos magistrales, Lawrence da un discurso antes de la primera votación en la que expresa su duda sobre su propia fe, la iglesia en general y el peligro de creer que uno solo tiene certezas:
“Certainty is the great enemy of unity. Certainty is the deadly enemy of tolerance. If there were only certainty and no doubt, there will be no mystery, and therefore no need for faith”.
Me gustó este video en el que Edward Berger, el director, cuenta cómo construyeron esa escena.
Lo asfixiante puede ser bello
Cónclave es, junto con Nosferatu y Challengers, de mis pelis favoritas del 2024 en dirección de fotografía: me parece visualmente hermosa. El trabajo que hizo Stéphane Fontaine es impecable: lo escuché contar en varias entrevistas que quiso trasladar la sensación de incomodidad y la atmósfera asfixiante que vive el protagonista (Lawrence) al aspecto visual de la película. Para ello se valió de planos y encuadres amplios que muestran a los personajes en tamaño pequeño, casi engullidos por su entorno majestuoso y bestial (algo que también vi en The Brutalist, la próxima hablamos de ella).
Como en el Vaticano no está permitido hacer filmaciones, el equipo de producción construyó réplicas exactas de diferentes lugares como la Capilla Sixtina, la Piazza San Marco e interiores de edificios.
Respecto al uso del color, podemos observar cómo contrasta el rojo de la indumentaria de los cardenales con las paredes y pisos claros (blancos o grises). Las pocas figuras femeninas que vemos, por el contrario, se camuflan para ser casi invisibles con sus ropas grises o azules.
El resultado general son composiciones con planos duros, líneas muy marcadas y un altísimo contraste que crean unos cuadros bellísimos *llora de emoción*.
¿Vale la pena?
Cónclave seguro se convierta en una de mis pelis favoritas del 2025. Es entretenida, visualmente impecable y tiene buenas actuaciones de Fiennes y Stanley Tucci. No quiero spoilear nada, pero el final tiene una vuelta de tuerca inesperada que dividió aguas entre quienes vieron la película. A mí me gustó.
El dato
Cónclave tiene 8 nominaciones a los Oscars, pero increíblemente no está nominada en la categoría Cinematography (Diseño de Fotografía). La explicación debe ser la misma que dejó afuera de esta categoría (y otras) a Challengers: que son unos premios de porquería.
Tiene, sin embargo, una nominación por Diseño de Producción (algo es algo), en donde compite con Nosferatu, Wicked, Dune: part II y The Brutalist.
Ganó, el domingo pasado, el BAFTA (los premios británicos al cine) a Mejor Película.
Hasta la próxima
Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo viene tu verano? Yo te escribo desde mi sillón, con algo de fiebre y resfrío sin dudas producto del obsceno aire acondicionado de la oficina en donde trabajo.
Desde la primera semana de enero que tengo ganas de ordenar mis sensaciones y escribir sobre Cónclave, así que acá está. ¡Qué lindo es ver una peli con la fotografía elevadísima!
El domingo pasado fui a ver The Brutalist en el cine y me pareció una grandiosa experiencia: pronto sale una nueva edición de Fárrago al respecto. También estuve mirando Small Things Like These, una adaptación con Cillian Murphy sobre la novela de Claire Keegan.
Por otro lado, los Oscars están a la vuelta de la esquina y siento que me tengo que apurar con algunas. Por ahora me faltan:
The Substance (voy por los 20 primeros minutos y me está costando un montón).
Nickel Boys (la empecé).
Wicked.
A Complete Unknown (no la llego a ver al cine y no la encuentro por ningún lado).
I’m still here (la brasilera).
A Different Man / The Apprentice (me da fiaca ver una peli sobre Trump, aunque todo sea por Sebastian Stan).
Civil War (no la nominaron, pero en fin).
Y quiero mirar September 5 y María.
Veremos cuáles priorizo en esta recta final (?).
¡Nos leemos!
Que tengas un lindo día,
Sofi
A mi the substance me voló la cabeza. Y una vez que la termines de ver, mírate en Youtube Variety la entrevista del making of a la directora que es francesa, y vas a amar mucho más la produ de la peli.